¡Y en Toledo también encontraron el regalo + grande! Nos lo cuentan dos jóvenes de los grupos san Damián.
Los grupos de San Damián de la Parroquia de San Juan de los Reyes, Toledo, este año han vivido la Pascua en la parroquia como centro de sus vidas. Además, unidos en oración y conectados en algunas actividades con las parroquias de Alcorcón y Alcalá de Henares motivados con el lema franciscano Hazlo Posible, regálate, hemos vivido el Triduo Pascual, conmemorando el misterio de la pasión, muerte y resurrección del Señor. Vosotros os entristeceréis, pero vuestra tristeza se cambiará en alegría (Jn 16,20).
Pero qué mejor que nos lo cuenten ellos en primera persona:
ÁLVARO - SAN DAMIÁN 1 Y 2
Pues para mí fue una experiencia muy buena y que recomiendo a todos los jóvenes porque el hecho de poder compartir con gente de tu edad tu punto de vista de la Semana Santa y sobre todo el poder aislarte de la vida cotidiana para poder vivir más los oficios y todas las celebraciones.
PEDRO - SAN DAMIÁN 4
Bueno, un año después, llegaba a otra pascua, sin haber vivido la del año pasado y con muchas expectativas por encontrar a Dios en cada una de las cosas que nos tenían preparadas.
Yo llegaba en un momento muy bueno con Dios, en un momento de pleno acercamiento, de conexión de muchísimas personas que me acercan a Él, mi pareja, sacerdotes, amigos de grupo, muchísima gente a la que les estaré inmensamente agradecido por haberme regalado la suerte de ver a Dios en cualquier cosa y que yo esté en esta pascua.
Una pascua que realmente te preguntas, una cosa: ¿por qué no estoy saliendo de fiesta o estudiando “mazo” temas de la uni y estoy aquí? ¿por qué estoy haciendo el sacrificio de estar un día sin comer? Miles de “porqués”.
Entonces, descubres que en cada sacrificio que haces, en decir, ya voy a ir a la pascua en vez de quedarme en casa, notas que en la eucaristía, cada sonrisa que ves, cada adoración, cada hora santa... es gracias a Él, y que yo esté allí es por Él y le vuelves a descubrir cada año, te recargas las pilas y sigues otra vez y es realmente porque Dios se te puede descubrir en cualquier sitio. No hay que tener prisa con Él, solo confiar, ya está, es que no necesitas más. Cuando se te descubre y se te revela es una sensación tal que no se puede describir.
La pascua fue un momento que a pesar de nuestras queridas mascarillas y distancias, más cerca sientes a la gente; en el Emaús, en las conversaciones, en los ensayos, adoraciones, oraciones... y muchísimas cosas más.
Finalmente, en esta pascua he tenido la suerte de volver a Verlo, Escucharlo y Sentirlo, sobre todo con la música. Tocando en las eucaristías, funciona (aunque no lo parezca y solo estés a que suene bien), pero en realidad estás con Él, hablándole con la música, pidiéndole por esa persona que lo pasa mal, por ese familiar, por esa persona, por todos.
Y sobre todo, concluir que mi paso por la pascua es un punto y aparte. Cristo vive; es que la frase en sí parece una locura, pero es verdad. Cristo realmente está vivo y lo sientes y, de verdad, lo sientes en todos los jóvenes que se mueven por Él, en todo ese sentimiento de juventud, de sentir que ese es tu sitio y que quieres compartirlo con Él, que la alegría de ser jóvenes y católicos no nos la quita nadie y que le vamos a llevar hasta donde queramos, por Él, y por todos.
Así que realmente Él está ahí y está actuando en ti para algún día querer descubrirte porque tiene tantas y tantas ganas de conocerte que no va a dejar pasar esa suerte que quiere tener.
Por amor ¡RESUCITÓ!