Domingo 4º Tiempo ordinario: "No enseñaba como los escribas"

31 Enero 2021

No enseñaba como los escribas. Hoy es fácil hablar de todo y opinar de todo. Nos encontramos miles de posibilidades para hacerlo: instagram, twitter, memes, "my history", "like o dislike"... Y nos encontramos también ejemplos, que no lo son tanto, que quieren "enseñarnos" lo que es la realidad: políticos en el Congreso de los Diputados más pendientes en insultarse o echarse en cara que buscando consenso o diálogo, programas de prensa rosa indagando en la vida privada, noticias sensacionalistas que sólo buscan la audiencia, el morbo y el miedo..

Pero hagamos un STOP. Seguro que has conocido a alguna persona, a algún profesor, un amigo, un sacerdote, un fraile... que sabe decirte las cosas desde tu realidad, comprendiendo tu situación, desde la experiencia, desde la vida... Una persona que ha sabido enseñarte de verdad y sin ninguna pretensión. Piensa por un momento qué tenía de especial esta persona para que haya sido importante para ti, qué te decía, cómo te lo decía, qué buscaba...

Y aquí es donde entra Jesús. ¿Qué tendría su palabra, su mensaje, su forma de actuar, su forma de decirlo... para que sorprendiera y calara en la gente que estaba con Él? Y ya vemos cuál es su única pretensión: curar, sanar, dar vida, anunciar la Buena Noticia... 

Hoy, quizás, amigos, sea buen día para caer en la cuenta que hoy deberíamos aprender de este gran Profesor, e imitar su metodología. Habla y actúa desde la vida, cura y sana con tus palabras y acciones, comparte el optimismo y la alegría del Evangelio... Bastante pesimismo y oscuridad estamos viviendo durante este último tiempo... Ve a contracorriente y ofrece y comparte lo que hoy Jesús te enseña a ti. 

 

Lectura del santo evangelio según Marcos 1, 21-28

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad. Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: "¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios." Jesús le increpó: "Cállate y sal de él." El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: "¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen." Su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.